jueves, 20 de mayo de 2010

Blog de mundial

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martes, 4 de mayo de 2010

CALIFICACIONES DE LOS BLOGS

Blog de Micaela Berteri:
Mica, en mi opinión tu blog no tiene ningún inconveniente. Podrías arreglar el tamañno de los videos que subiste de youtube; también fijate los colores que utilizás para que no sean muy extravagants y no cansen la vista!
NOTA: 9 (nueve)

Blog de Jeremías Maltagliati:
Jere, la verdad felicitaciones porque tu blog está muy completo! Muy bien elegido la cantidad de texto, ya que agregaste lo necesario pero no te excediste. Me gustó mucho que hayas puesto música y otro tipo de información.
NOTA: 10( diez)

Blog de Guadalupe Núñez:
Guada tu blog me gusta muchísimo, elegiste buenos colores y a diferencia del de Mica, no son muy extravagantes y son placenteros al momento de leer.
Muy bueno!!
NOTA: 10 (diez)

Titanic

Vestimenta época colonial (1810-1910)



La colonia en América se inició con la conquista europea a partir del siglo XV, que impuso su moda en ese lugar del mundo.

En pleno Renacimiento, se utilizaban atuendos lujosos y bordados. Los hombres usaban trajes cortos, sombreros elegantes y zapatos con puntas. Las mujeres, usaban faldas que se ensanchan hacia los pies, con grandes encajes, que incluían la camisa.Se utilizaban para su confección, la seda, la lana de oveja y las pieles.

Luego de la Revolución Industrial, la industria textil cobró gran auge. Hubo mayor producción de telas, a precios accesibles.

Las ropas típicas masculinas, del antiguo régimen eran los pantalones cortos y ajustados, y las prominentes pelucas.

Los nobles y burgueses, para sus reuniones sociales usaban frac, y como ropa de calle, consistente en una chaqueta larga, ajustada al talle. Pegada al cuerpo usaban camisas, de lienzo, más gruesas para diario y más finas, para vestir en grandes ocasiones. Todo atuendo se acompañaba de bastón. La cabeza era cubierta con un sombrero de copa redondeada, alto, y de alas abarquilladas, que en Argentina, Chile y Uruguay, recibió el nombre de galera. Las medias se reemplazaron por botas.

Las pelucas también fueron abandonadas por las mujeres, que comenzaron a recoger sus cabellos, adornándolos con alguna joya, cintas o con peinetas de carey o metal para sostener los rulos o bucles. Estas peinetas fueron haciéndose más grandes hasta configurarse el peinetón. Sobre estos elevados peinados, se colocaban cofias o mantillas. Sus vestidos eran vaporosos, de amplias faldas, que aumentaban su volumen con el uso del miriñaque, una enagua sostenida por arcos metálicos, que se colocaban debajo de la falda, y de talle alto. Las mujeres de la nobleza y la burguesía usaban corsé, para estrechar su cintura.

Las mujeres del pueblo vestían simplemente faldas largas, blusas con altos cuellos, y como abrigo, un mantón.

La última prenda que se destacaba sobre la pollera, era el delantal, muy trabajado, generalmente en forma coincidente con los ornamentos de las mangas.

Sobre la cabeza y los hombros lucían un manto o chal. El calzado era de tela muy fina, como sedas, con hebillas, y con detalles en hilos de oro o plata. Las medias eran de seda, y llegaban hasta encima de las rodillas.

Durante el periodo colonial la Argentina tiene la mirada puesta en Europa y, a los efectos de ser más específicos, intenta imitar, sobre todo a Francia y España.

La clase influyente de entonces se viste copiando la moda de Paris.

Los colores, al igual que estilo, denota cierta sobriedad en relación con el barroco. El neoclásico, si bien es inmediatamente anterior a la Revolución, se caracteriza por ser un estilo menos ostentoso y rebuscado. Asimismo, pese a la sobriedad, hay gran variedad de telas gracias al proceso de la Revolución Industrial: más mercados, menos tiempo de producción y costos más bajos. La consecuencia es aprovechada por una burguesía próspera que tiene alcance a géneros más variados.

En cuanto a los hombres, el vestido usual era chaqueta entallada y pantalón ceñido al cuerpo, todo en color negro. Debajo la camisa, más ceñida aún que el saco, era de color blanco. A ningún hombre de clase podía faltarle la galera y el bastón, que coronaban el atuendo.